Pulsera Angelita

Descripción

La pulsera con angelita auténtica es mucho más que un accesorio: es un canal de serenidad, comunicación consciente y conexión espiritual. Con su delicado tono azul cielo y su energía suave, esta gema actúa como un bálsamo energético para el alma y la mente.

La angelita es una piedra de vibración sutil, frecuentemente asociada con el plano angélico y la conciencia superior. Su acción sobre el chakra de la garganta favorece una comunicación fluida, honesta y compasiva. También se vincula con el chakra del tercer ojo, facilitando la percepción intuitiva y el entendimiento espiritual.

Formada a partir de la anhidrita que ha absorbido agua durante millones de años, su origen geológico refleja su cualidad esencial: transformar dureza en suavidad, rigidez en flexibilidad, densidad en liviandad. Se extrae en regiones como Perú, Alemania y México, lugares donde la conexión con la tierra y el cielo se manifiesta intensamente.

En su uso cotidiano, esta pulsera es ideal para quienes atraviesan momentos de ansiedad, duelo, sobrecarga emocional o tensión en sus relaciones. Su sola presencia genera un campo de calma que acompaña el día a día con suavidad y contención. Para profesionales del cuidado, como terapeutas, maestros o madres, la angelita ofrece un escudo de luz serena que protege sin aislar.

Durante la meditación, se recomienda sostener la pulsera o colocarla sobre el chakra de la garganta mientras se realizan respiraciones profundas. Puede emplearse también como guía para afirmaciones como: “Mi voz es clara y serena”, “Estoy en paz conmigo y con los demás”, o “Sintonizo con la guía amorosa del universo”.

Cada pieza es montada con cristales 100% auténticos y respetando la intención energética del mineral. Ofrecemos dos tamaños de esferas: 6 mm para una energía más suave y femenina; 8 mm para un efecto más sostenido y profundo.

La pulsera con angelita auténtica es un regalo ideal para quienes buscan reencontrarse con su verdad interior, abrir su corazón al perdón y elevar su vibración personal. Llevarla puesta es abrazar la paz, la compasión y la luz en cada gesto cotidiano.