Katrina Raphael, mi autora favorita en estos temas, afirma que la energía de los cristales actúan sobre nosotros, independiente de que creamos en ello o no.
En lo personal creo que por resonancia, nuestra relación con los minerales va cambiando; podemos pasar de la aversión, a la indiferencia o a la atracción, de un momento a otro, dependiendo de nuestros procesos de vida.
En mis años recorriendo en mundo mineral, solo hasta hace dos años comencé a sentirme atraída hacia la Malaquita y sus beneficios y usos, y en mi último viaje, casi enloquezco comprando Malaquita del Congo.
En procesos terapéuticos los beneficios y usos de la Malaquita están asociados a todas esas emociones guardadas, algunas veces sepultadas por años y que se almacena en el plexo y el corazón, por ello algunos la llaman la purgadora del plexo, y con ello es importante entender que su acción no es muy “suave” que digamos, pues para algunos literalmente es un “purgante emocional”, por lo que es mejor usarla acompañada de cuarzo y por cortos periodos de tiempo.
Y porqué de un momento a otro comencé a sentir esta atracción?…. Pues seguramente llegó la hora de sacar a la superficie algunas emociones que tengo por allí guardadas; lo que me lleva a hablarles de otro tema que me encanta, y es la relación cuerpo mente, el efecto de las emociones en aquello que llamamos enfermedad, este tema es muy extenso e interesante, y se merece un artículo en el blog, que escribiré próximamente.
Por ahora les recomiendo un libro que me gusta mucho llamado Genética de la Emoción, del Dr. Antonio Alcalá, en el que explica con detalle cuál es su técnica hipnótica, así como cuáles son las emociones básicas y los «órganos diana» sobre los que esas emociones actúan generando una patología. Asimismo, nos revela con qué otra emoción contrarrestar aquella que incidió en nuestra salud para, así, mejorar sustancialmente de la patología en cuestión. El autor defiende, al modo de Brian Weiss, la existencia de vidas pasadas y la incidencia que los «errores de amor» en esas vidas tienen en la salud de la vida actual.
Nadie hasta ahora, en la comunidad científica, había localizado todas las emociones y sus correspondientes mutaciones sobre las cadenas del ADN, que actúan como desencadenantes o coadyuvantes de la enfermedad, para lograr asignar sobre el genoma humano, la posición de cadauna de las patologías médicas relatadas en este libro.
YACIMIENTOS Según los datos de mindat.org, existen más de 13.950 localidades documentadas, asociadas a este mineral. Los más importantes están en Congo, Rusia, Colombia, Hungría, Marruecos, Estados Unidos, Zambia, Rumanía, Sudáfrica, Zimbabwe, Namibia, China, Australia y Francia.. MORFOLOGÍA Sistema Cristalino: Monoclínico Hábito Cristalino: Masivo, botroidal PROPIEDADES QUÍMICAS Grupo: Carbonatados Fórmula Química: Cu2(CO3)(OH)2 Solubilidad: Clorhídrico, Nítrico y Sulfúrico PROPIEDADES FÍSICAS Dureza: 3,5 – 4 Fractura: De subconcoidea a desigual, frágil Exfoliación: Perfecta Raya: Verde claro Tenacidad: Frágil Peso Específico: 3,9 – 4 PROPIEDADES ÓPTICAS Color: Verde intenso Brillo: De adamantino a satinado Transparencia: Translúcido Luminisencia: Nula
La malaquita, un mineral que lleva el nombre de la palabra griega para “malva” debido a su semejanza con las hojas de esta planta, es mucho más que un simple mineral de cobre. Con su distintivo color verde, que varía desde tonos claros hasta casi negros, este mineral no solo es estéticamente impresionante, sino que también esconde en su interior un mundo de aplicaciones y propiedades beneficiosas.
Historia y Origen de la Malaquita
Considerada una piedra de gran importancia en la historia de la metalurgia, la malaquita fue uno de los primeros minerales extraídos específicamente para la obtención de cobre. Este hecho marcó el inicio de la Edad del Cobre, un periodo donde la humanidad aprendió a utilizar minerales con propiedades no evidentes para extraer metales valiosos, transformando con ello su manera de vivir y trabajar.
Aplicaciones Industriales
A lo largo de la historia, la malaquita ha sido utilizada en diferentes industrias. En Rusia, durante el siglo XVIII, los artesanos desarrollaron la técnica del “chapado ruso”, en la que se usaban capas delgadas de malaquita para decorar objetos de lujo como columnas, chimeneas y muebles. Hoy en día, algunos de los mejores ejemplos de esta técnica pueden encontrarse en la Catedral de San Isaac y el Palacio de Invierno en San Petersburgo. Además, su uso se extiende en la joyería debido a su belleza y durabilidad. Aunque no es extremadamente dura, se talla con facilidad para crear esculturas y figuras decorativas.
Aplicaciones Terapéuticas
La malaquita no solo es apreciada por su belleza y utilidad industrial, sino también por sus beneficios y usos en el ámbito terapéutico. En la geomedicina, se emplea junto a otros minerales como la shungita, zeolita, y cuarzo verde, creyéndose que juntos pueden modular la respuesta biológica y psíquica frente a estímulos y agentes estresores.
Particularmente, se le atribuyen propiedades útiles en el tratamiento de trastornos metabólicos, sobrepeso, y problemas relacionados con el sistema digestivo y nervioso. Además, se cree que tiene un efecto revitalizante y sedante en el sistema nervioso, siendo de ayuda en situaciones de agotamiento físico y mental.
La malaquita tiene poderosas propiedades curativas, tanto a nivel físico como energético. Según Katrina Raphaell, es una piedra que ayuda a absorber energías negativas, trayendo a la conciencia los bloqueos emocionales que deben ser liberados. Es ideal para colocarla en áreas del cuerpo afectadas por dolor o tensión, especialmente en el plexo solar, donde promueve la liberación de emociones reprimidas.
Nina Llinares, por su parte, destaca que la malaquita es una piedra ideal para aquellos que atraviesan cambios profundos en sus vidas. También ayuda a reparar el entramado energético del aura, emitiendo una vibración reparadora. Es recomendada en terapias presenciales para aliviar dolores físicos leves, como inflamaciones, y para ayudar a las personas a reconectar con su capacidad de disfrutar la vida. Llinares sugiere usar configuraciones de malaquita, crisocola y azurita para dolencias graves, lo que potencia su efecto terapéutico.
Minería de Malaquita
Las minas de malaquita más importantes se encuentran en Rusia y el Congo. En los Montes Urales, la malaquita rusa ha sido una fuente histórica clave de mineral y de creación de objetos ornamentales. Durante el siglo XIX, las minas de cobre de esta región produjeron algunas de las mejores piezas de malaquita, que fueron trabajadas por artesanos rusos para crear piezas decorativas que hoy adornan museos en todo el mundo.
En el Congo, la vasta cuenca de cobre ha sido una fuente crucial de malaquita durante más de un siglo. El descubrimiento del cinturón de cobre “Roan Antelope” a finales del siglo XIX fue un evento fundamental que impulsó la minería de cobre y malaquita en esta región. Actualmente, el Congo es el mayor productor de malaquita a nivel mundial, y muchas de las piezas que vemos en ferias de minerales provienen de esta región. Estas minas han producido miles de toneladas de malaquita, que abastecen tanto a la industria minera como al mercado decorativo y de coleccionistas.
Preguntas Frecuentes
¿Cuál es la diferencia entre la malaquita, la azurita y la crisocola?
La malaquita se encuentra a menudo junto a azurita y crisocola. Aunque cada una tiene propiedades únicas, cuando se combinan en configuraciones terapéuticas, crean un campo energético más fuerte para sanar el cuerpo y el aura.
¿Es seguro utilizar malaquita en el cuerpo?
Sí, la malaquita es segura en su forma pulida. Sin embargo, debe manejarse con cuidado en bruto para evitar la inhalación de polvo, ya que contiene cobre, que puede ser tóxico si se inhala.
¿Cómo reconocer una malaquita genuina de una falsa?
La malaquita genuina tiene un patrón de bandas que varían de verde claro a verde oscuro, con líneas irregulares, mientras que las malas imitaciones (a menudo hechas de plástico o resina) tienen un patrón demasiado perfecto o repetitivo. Un truco adicional es verificar su resistencia; la malaquita auténtica es relativamente blanda (puede rayarse fácilmente), mientras que una imitación podría ser más resistente debido a la dureza del plástico. También puedes pedir a un experto que haga un test de ácido, que reacciona con el cobre presente en la malaquita natural.
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